UN TANGO DE AMOR, PERDÓN Y REENCUENTRO: Porque
regresas tú
La tanda dedicada a la que me referí en mi
entrada anterior terminó con un bello tango de amor, perdón y reencuentro:
“Porque regresas tú”. Su letra y música son de Andrés Falgás, también cantante,
que lo grabó en 1956, seguramente el mismo año en que lo compuso. “Destino de
flor” es posterior: aunque no conozco la fecha exacta probablemente fuera compuesto
en 1957, el año en que el propio compositor de la música, Roberto Rufino -que además
era un magnífico cantante- lo grabó con la orquesta de Franzini.
PORQUE REGRESAS TÚ
Música y letra: Andrés Falgás
¡Qué dulce despertar!
Te estoy mirando
y no lo creen mis ojos.
Después que tu querer
creí perder,
es un milagro adorarte,
volver a besarte
hoy, igual que ayer.
Quiero tenerte así,
así, mi bien,
y amarte con toda mi alma.
Quiero tenerte así,
juntito a mí,
sintiendo tu corazón.
Hoy el sol
con su esplendor volvió otra vez
para alumbrar mi vida gris
porque regresas tú.
Mira allí,
Allí, junto al portón, ¿lo ves?
Brotó un clavel punzó, tal vez
porque regresas tú.
¡Qué dulce es comprender
que tu querer
fuera tan puro y tan santo!
Y hoy en mi corazón,
con emoción,
guardo el perdón que le has dado,
porque has olvidado hoy
todo rencor.
Un día llegará,
ya lo verás
que no he mentido al besarte.
No en vano te esperé
para saber
cómo se sufre de amor
Pueden escuchar el tango aquí
La letra está escrita en un lenguaje sencillo, claro y
directo; apenas necesita comentario. Él despierta dulcemente junto a ella, tras
haber pasado la noche juntos, después de que ella haya vuelto. Él le manifiesta
con emoción todo su amor por su regreso y por su perdón sin rencor.
En el estribillo aparecen dos metáforas bastante
sencillas: la vuelta de ella ha traído consigo que el sol brille para él de
nuevo y que haya brotado un clavel punzó (de un color rojo muy vivo; podríamos
decir un rojo pasión, como la suya). Los sentimientos personales se proyectan
sobre la naturaleza.
La sencillez de la letra está muy bien acompañada por
el arreglo musical de la orquesta de Carlos di Sarli: ritmo lento, pero firme, cierta
languidez del cantante Roberto Florio (como cuando uno se acaba de despertar),
suaves ondulaciones de violines; una buena muestra de la elegancia de Di Sarli.
¿Por qué se me ha pasado por la cabeza que este tango
podría ser el final feliz de “Destino de flor”? Porque este se refiere al
destino de las flores cortadas, que no es otro que perfumar y morir. Pero la
flor en la planta tiene un destino distinto: es el órgano reproductor, de
manera que, cuando es fecundada, se convierte en fruto, cuyo interior alberga
una semilla, de la que, si todo va bien, nacerá una nueva planta. Mi fantasía
me ha llevado a pensar que la victoria sobre el alcohol del protagonista de
“Destino de flor” podría haber tenido como fruto el perdón y el regreso de su
novia, como le ocurre al protagonista de “Porque regresas tú”.
Admirada musicalizadora, querida amiga: te dedico este
comentario, inspirado por tu sensibilidad y sabiduría a la hora de preparar bellas
tandas.